Lo que dejo la derrota en Rosario y la palabra de protagonistas
Talleres le ganaba 2-0 a Newell´s en Rosario, pero tuvo fallas defensivas que le permitieron a los locales dar vuelta el resultado.
Michael Santos. El uruguayo metió un pique demoledor para marcar de contra el primer gol. Por la misma vía asistió después al “Perro” Auzqui para el segundo y en cada llegada de la “T” al arco de Aguerre tuvo alguna participación. Tuvo el arco rival entre ceja y ceja y, aunque llevó la “9”, fue desequilibrante e imparable para la defensa local partiendo desde atrás.
El juego vertical. Talleres hizo gala de un efectivo juego vertical en el primer tiempo. En los dos goles, la pelota llegó de forma directa y sin intermediarios hacia Santos, para convertir el primero y asistir en el segundo. El equipo no necesitó de traslados innecesarios ni de abrir el juego por las bandas en exceso. Aunque, claro, fue favorecido por el evidente mal posicionamiento en retroceso del rival.
La pelota parada. Newell’s le dio vuelta el partido a la “T” con tres goles calcados y llegados desde córners, con pelota perada, en los que no hubo reacción de la defensa, ni nadie saltó para controlar los frentazos de Compagnucci y Garro, en los dos primeros, ni para anticipar en los dos toques en el área que posibilitaron el tercero de la Lepra.
El quedo generalizado. Cuando Compagnucci descontó, Talleres perdió totalmente el control del balón y la tranquilidad. Se dejó llevar por delante y terminó acorralado contra el arco de Herrera, cuando unos minutos atrás el partido parecía sentenciado a su favor con un 2-0 que parecía irremontable.